In Memoriam: D. José De la Vega (1929 – 2012)

Published On: 12/10/2012Views: 160

Alfonso Manuel Muñoz Rodríguez

Amigo personal de D. José de la Vega

José De la Vega Sánchez, por méritos propios, es figura indiscutible de la música española del segundo tercio del siglo XX y los comienzos del siglo XXI. Nacido en Córdoba el día 12 de Agosto de 1929 en la antigua calle del Viento (actualmente de Ronquillo Briceño), en pleno barrio de Santiago, sus conocimientos le han sido otorgados por los más prestigiosos músicos cordobeses del siglo pasado, como Pedro Gámez Laserna, galduriense de nacimiento pero cordobés de corazón; Manuel Bustos, maestro del violín; Joaquín Reyes Cabrera, que le inició en las enseñanzas de la armonía; y Dámaso Torres, al que de la Vega asistía en las labores de dirección de la Asociación Benéfica “La Sagrada Familia”, de la Banda Municipal de Córdoba y del conato de creación de la Orquesta Sinfónica de Córdoba; así como españoles, como Antonio Piedra y Antonio Arias; Victorino Echevarría y Julio Gómez, con los que aprobó con Premio Extraordinario la asignatura de Armonía, en el Real Conservatorio de Madrid; y el excelente músico José Olmedo, quizá su mejor maestro.

Su acusado nacionalismo español y su profundo conocimiento y estudio de las músicas regionales le hacen acreedor de una deuda inmensa de gratitud por haber rescatado, reversionado, instrumentado o, simplemente, creado, infinidad de temas musicales que, a falta de su apoyo, hubieran quedado en el rincón de los olvidos. Su gran producción abarca desde canciones, hasta cuatro piezas de ofertorio, una misa, música de capilla, transcripciones de numerosos villancicos populares y del Magnificat de J. de Nebra, música sinfónica, pasodobles de concierto, pasodobles taurinos y marchas de Semana Santa, entre otras.

D. José de la Vega marchó a Madrid obligado por las circunstancias. En Madrid progresaría, y, desde la distancia, su amor a Córdoba se acrecienta, y sobre esa nostalgia a su tierra y, por extensión, a Andalucía y a una de las características más acusadas, la música popular, gira toda su obra, calificándolo, musicalmente, como “nacionalista andaluz”. Utiliza la cadencia andaluza de forma magistral en gran parte de sus composiciones, fundiéndola con otras músicas de España y adaptándolo a cualquier situación, adivinándose, apenas se conoce un poco la música del genial compositor, su profunda sabiduría de la música popular cordobesa, andaluza y española. Como violinista perteneció a la Orquesta de Cámara del Conservatorio que dirigieron Benito Lauret y Enrique García Asensio, a la Orquesta Filarmónica de Madrid, bajo la batuta de Odón Alonso y a la Orquesta Sinfónica de RTVE a las órdenes de Igor Markevitch. Con un paréntesis por otros departamentos de RTVE, en el año 1987 pasó a Radio Clásica de RNE como asesor musical hasta su jubilación.

Interpretación de la marcha “Ángeles, Reina” por parte de la banda de música del Maestro Tejera

Interpretación de la marcha “Los Dolores” por parte de la banda de música de la Archicofradía de la Expiración de Málaga

A pesar de su prolífica labor, fue un auténtico desconocido en su ciudad natal hasta que, en Diciembre de 2007, se le tributó un merecidísimo homenaje en ésta, a partir del cual, Córdoba comenzaría a hacer justicia y a reconocer el trabajo de uno de los más importantes músicos de nuestro siglo, y uno de los compositores más lúcidos que la historia de nuestra ciudad haya dado. Desde esta fecha hasta el final de su vida no dejaría ya de componer para Córdoba.

Fruto de este reencuentro con sus orígenes y de lo reconocido que se sentía, por fin, por sus paisanos, encontramos multitud de obras musicales, las cuales fueron el grueso de su producción en estos dos años y medio de feliz regreso a Córdoba. No solo destacamos las cinco marchas procesionales que compuso para cuatro Hermandades cordobesas, si no también un Pasacalle, “Amigos de las Posadillas”; un conjunto de cinco piezas de capilla, “Las Cinco Llagas”; la Oración a Ntra. Sra. Reina de los Ángeles; cuatro pequeñas piezas de cámara titulado “Juegos Infantiles”; y su obra póstuma y, quizá, más importante, el Poema sinfónico “Córdoba”, aún por estrenar en su versión sinfónica.

Su reconocimiento en su ciudad natal vino precedido por el fastuoso éxito de sus conocidas y soberbias marchas “Valle de Sevilla” y “Triana tu Esperanza”, dedicadas a las Hermandades sevillanas del Valle y de la Esperanza de Triana, respectivamente. Los cofrades cordobeses tomaron buena nota de ello y recuperaron a este magnífico compositor para la historia musical de Córdoba.

D. José de la Vega llevó el nombre de Córdoba a las más altas esferas musicales. De la mano de su música ha hecho admirar, desde su puesto de violinista en la Orquesta de Radio Televisión Española y como asesor de Radio Clásica de RNE, la música cordobesa y andaluza y, por extensión, nuestra tierra entera. Considerado como uno de los más importantes músicos españoles de nuestro tiempo y, sin duda, de la historia de nuestra ciudad, a él debemos ese enlace y redescubrimiento de los años veinte del siglo pasado, la época dorada de la música en Córdoba, en la que Martínez Rücker, Molina León, Dámaso Torres y José Timoteo, siguiendo la estela de los sin par Gómez Navarro y Eduardo Lucena, tantas páginas de gloria escribieron para la cultura cordobesa.

D. José De la Vega dirigiendo en el Teatro Municipal de Almagro a la Banda Municipal del pueblo.

D. José De la Vega dirigiendo en el Teatro Municipal de Almagro a la Banda Municipal del pueblo.

Grabación de Las Cinco Llagas junto los músicos que participaron en dicha edición.

Grabación de Las Cinco Llagas junto los músicos que participaron en dicha edición.

D. José De la Vega junto a los miembros de la Asociación "Amigos de las Posadillas" en el concierto homenaje a si figura el 1 de Diciembre de 2.007

D. José De la Vega junto a los miembros de la Asociación «Amigos de las Posadillas» en el concierto homenaje a si figura el 1 de Diciembre de 2.007

  • Ángeles, Reina (Música para un Ángel) (2007). Poema sinfónico, en tanto en cuanto a su esquema programático, transfigurado en marcha procesional, y es la primera marcha que compuso para Córdoba, dedicada a Ntra. Sra. Reina de los Ángeles, de la Hermandad del Cister. Está formada por seis partes: la Introducción; la Presentación, que representa la Condena y el Desprecio que sufre el Señor de la Sangre; el Lamento, en el que María llora desconsolada por la suerte de su Hijo; el Consuelo, que San Juan Evangelista da a La Virgen; el Diálogo, la Sagrada Conversación que nuestra Hermandad representa en su paso de palio; y el Júbilo por la Resurrección, centro teológico y fundamental de nuestra fe, del cual dijo el propio compositor que era “una copla espoñolísima al final de tanto dramatismo”.

  • Los Dolores (2007).  Estrenada en enero de 2008, es una Marcha Procesional dedicada a la imagen mariana con mayor devoción entre los cordobeses como es Ntra. Sra. de los Dolores, a cuya Hermandad pertenecía gran parte de la familia de D. José y en agradecimiento a las monjas hospitalarias que atendían a una de sus tias, ya de edad avanzada e impedida. Es la única marcha de este sin par autor que incluye en el trío final, a modo de plegaria, una letra, la cual fue realizada por Jesús Cabrera.

  • Gólgota (2008). Su estreno tuvo lugar en la Cuaresma de 2009, en la Basílica del Juramento de San Rafael. Es una Marcha Fúnebre dedicada a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús del Calvario. Sin dejar ese común denominador que caracteriza a toda su obra como es el modo cantabile y nacionalista, en esta exquisita composición hace un recorrido por la austeridad arquitectónica del templo que cobija a dicha Hermandad, hasta la brillantez de su presencia en las calles cordobesas. Es una pieza sencilla con un comienzo serio, “que no fúnebre”, como aclaraba el propio D. José, donde los graves de los instrumentos toman especial relevancia, dando paso a otro tema, más brillante, en tono mayor, utilizando un final poco usado en su obra, esto es de carácter íntimo y recogido.

  • La Esperanza (2008). Marcha Procesional para la Hermandad de María Stma. de la Esperanza, y que fue interpretada por primera vez al final de la Cuaresma de 2009, es la muestra palpable de su profundo conocimiento de la música popular andaluza y claro exponente del nacionalismo musical que D. José de la Vega practicaba. Basada en la Soleá, palo del flamenco típicamente cordobés, va exponiendo los diferentes temas de la misma con fluidez y con multitud de efectos e instrumentos. No cabe duda que al estar pensada esta obra para la conocida como Hermandad de Los Gitanos va describiendo, siguiendo el “leiv motiv” de la Soleá, el carácter alegre y festivo de esta raza y, por ende, del palio de María Stma. de la Esperanza en su Estación de Penitencia.

  • Gloria Cisterciense (2008). Última Marcha de Procesión para Banda de Música, con cornetas y tambores, que compuso el maestro de la Vega. Ofrecida a la titular de Gloria de la Hermandad del Cister fue estrenada por la Banda de María Stma. de la Esperanza durante el Rosario Vespertino y Procesión de dicha imagen en Mayo de 2009. Una marcha de carácter triunfal y sacramental, en la que destaca el “tutti” final de todos los instrumentos y un breve y sencillo, pero emotivo, tema central en honor a María.

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